¿Quiénes fueron los Padres de la Patria Dominicana?

El 27 de febrero de 1844, Juan Pablo Duarte, Ramon Matías Mella, Francisco del Rosario Sánchez junto al resto de La Triniatria lograron la independencia de la República Dominicana como Estado soberano de la tiranía haitiana que tenía 22 años con el control de la isla. Esa noche del 27 de febrero con un cañonazo de Mella desde la Puerta del Conde, fue la señal para movilizar los trinitarios, Sánchez iza la bandera azul, roja y blanca de la República Dominicana.

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VideoClase sobre la Independencia Dominicana.

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¿Quién fue Juan Pablo Duarte?



Duarte nació seno de una familia española de origen humilde, a la edad de quince años fue enviado por sus padres a Inglaterra vía Nueva York para que completase sus estudios; desde allí pasó a Francia y posteriormente a España.

En sus viajes, paso tiempo en Europa, convulsionada en aquellos tiempos por el romanticismo, el liberalismo, el nacionalismo y el socialismo utópico, se impregnó de los ambientes revolucionarios de la época. Juan Pablo Duarte fue testigo de los nuevos regímenes de libertades y derechos surgidos tras la Revolución francesa; mostró especial interés por los cambios producidos en Alemania y en Francia, pero sobre todo por los acontecimientos de España y las reformas que habían intentado introducir las Cortes de Cádiz. De su etapa en España se sabe que residió en Barcelona, donde es posible que estudiase derecho.

Asimismo, cuando comenzó a perfilarse su ideario político, en el cual el nacionalismo y el liberalismo se fundían sobre un fondo romántico: Juan Pablo Duarte entendió que el pueblo dominicano poseía una identidad propia y tenía derecho a la independencia política. Alcanzada ésta, y conforme al pensamiento liberal, la nación debía organizarse sobre la base del institucionalismo de la democracia representativa. En 1833 regresó a su país dispuesto a llevar a la práctica estas ideas.

En la antigua isla de La Española, actualmente isla de Santo Domingo, había sido colonizada por los españoles, que, poco interesados en ella, cedieron a finales del siglo XVII la mitad occidental de la isla (el actual Haití) a los franceses. Los movimientos independentistas, iniciados con el siglo XIX, habían sufrido numerosos vaivenes. En 1821, cuando Duarte era todavía un niño, José Núñez de Cáceres proclamó la independencia de la mitad oriental de la isla (actual República Dominicana). Pero el nuevo estado fue ocupado y sometido un año después por Jean-Pierre Boyer, presidente de Haití, que había alcanzado la independencia de Francia muchos años antes.


Comienzos de la Trinitaria.

A diferencia, pues, de otros libertadores, Juan Pablo Duarte no había de luchar contra una metrópoli europea para lograr la independencia de la antigua parte española de la isla, sino contra la dominación haitiana. Fue en el seno de la clase media urbana donde los planteamientos de Duarte encontraron mayor eco. Pero, por aquel entonces, casi toda la aristocracia y demás grupos dirigentes se hallaban conformes con el régimen haitiano, razón por la cual fue imposible obtener, en los primeros años, su cooperación.

A medida que iba ensanchándose el movimiento, Duarte comprendió que se hacía imprescindible crear una organización que, siguiendo el modelo de las sociedades europeas de los Carbonarios, asumiera la responsabilidad de dirigir las actividades. Así surgió la sociedad La Trinitaria (1838), cuyo objeto era liberar al país del dominio de Haití. El lema de esta sociedad fue "Dios, Patria y Libertad". Luego surgió la sociedad La Filantrópica, que realizó una importante labor de propaganda mediante la representación de piezas teatrales.

Entretanto, el presidente Jean-Pierre Boyer se había hecho enormemente impopular por la elevación de los impuestos, cuyo destino era un pago exigido por Francia para aceptar la independencia de Haití. En 1843 Juan Pablo Duarte apoyó la revolución que logró derrocar a Boyer. Pero el objetivo de Duarte era la independencia de la parte española de la isla, por lo que continuó su lucha tras la caída del presidente. Perseguido por el nuevo gobierno haitiano, el 2 de agosto de 1843 tuvo que exiliarse en Caracas.

La Primera República

Pese a ello, las ideas independentistas de Duarte habían calado y siguieron ganando adeptos, y el 27 de febrero de 1844 sus seguidores declararon la independencia del país. Bajo el liderazgo de Francisco del Rosario Sánchez, y tras capitular las guarniciones haitianas en la capital y otras ciudades, la causa independentista triunfó; los haitianos fueron expulsados a la antigua parte francesa de la isla y se configuraron las fronteras actuales entre Haití y la República Dominicana.

El 14 de marzo de 1844, Juan Pablo Duarte fue recibido por el nuevo gobierno provisional (la Junta Central Gubernativa) como un héroe nacional y nombrado general del ejército. El triunfo del movimiento independentista impulsó al nuevo presidente haitiano Charles Hérard (1843-1844) a invadir la recién creada República Dominicana con un ejército dividido en dos cuerpos, de los cuales uno penetró por el norte y otro por el sur. Correspondió a Pedro Santana enfrentarse a este último y lograr una resonante victoria en Azua, el 19 de marzo.

Así las cosas, la Junta Central Gubernativa ordenó a Duarte que se dirigiera a Baní, con una fuerza militar organizada por Pedro Alejandrino Pina, a fin de llegar a un acuerdo con Pedro Santana sobre la estrategia a seguir contra Haití. Al no ser posible este acuerdo, Duarte requirió de la Junta la necesaria autoridad para actuar por su cuenta. Pero la Junta estaba dominada por Tomás Bobadilla, representante junto con Santana del sector denominado colonialista, que consideraba inviable una república independiente y era partidario de someterse a una metrópoli europea.

La Junta respondió ordenando a Juan Pablo Duarte que regresara con sus tropas a la capital: el desacuerdo entre el sector colonialista conservador y el duartismo liberal e independentista se hizo evidente, y acabó con el triunfo del primero. Pedro Santana fue nombrado primer presidente de la República Dominicana (1844-1848) y eliminó la facción rival declarando traidores y enviando al destierro a Juan Pablo Duarte y a sus más significados seguidores, entre ellos Francisco del Rosario Sánchez y Ramón Mella.

Del exilio a la Restauración

Tras un primer exilio en Hamburgo, Juan Pablo Duarte partió a la isla caribeña de Saint Thomas; luego siguió rumbo a Venezuela, país en el que estuvo doce años. Poco se sabe de la vida de Juan Pablo Duarte durante este período. Es muy probable que no tuviera noticias del decreto de amnistía que, en favor de él y de sus compañeros, había promulgado a principios de septiembre de 1848 el gobierno de Manuel Jimenes (1848-1849), sucesor de Santana.

Durante la Primera República, los haitianos intentaron en numerosas ocasiones recuperar el control sobre la parte dominicana de la isla, pero fueron derrotados una y otra vez. El poder político pasó al grupo conservador de hateros y ex funcionarios boyeristas afrancesados, gracias al control de la presidencia de la Junta Central Gubernativa por Tomás Bobadilla y del Ejército Libertador por el general Pedro Santana, quien gobernó dictatorialmente en varios períodos. La alternancia en el poder de Pedro Santana y Buenaventura Báez, hatero y cortador de madera del suroeste del país, más astuto y no menos anexionista que el primero, caracterizó esta etapa.

Pedro Santana ejerció otras dos veces la presidencia: entre 1853 y 1856 y entre 1858 y 1861. Al final de este último mandato, el presidente Santana decidió anexionar el país a España, poniendo fin a la Primera República Dominicana. Pretendía con ello acabar con la amenaza haitiana y perpetuase en el poder, pues aceptó a cambio el cargo de primer gobernador de la Provincia española de Santo Domingo.

Estalló entonces la llamada Guerra de Restauración (1863-1865) entre los partidarios de mantener la anexión a España y los independentistas, cuyo objetivo era restaurar la República y que tuvieron en Gregorio Luperón su más capacitado líder militar. Juan Pablo Duarte regresó a su patria el 25 de marzo de 1864 y fue encargado de recorrer América del Sur en busca de ayuda para la causa independentista.

Muerte

En noviembre se hallaba ya en Venezuela, donde recibiría las noticias del triunfo del gobierno restaurador y del nacimiento de la Segunda República Dominicana. Pero, tras varios presidentes efímeros, el general José María Cabral se hizo cargo del nuevo gobierno, y Juan Pablo Duarte fue nuevamente condenado al ostracismo, esta vez por sus propios partidarios, que no supieron reconocer su aportación a la causa independentista. Enfermo de cuerpo y alma, su vida se fue apagando en su retiro forzoso de Caracas, donde falleció el 15 de julio de 1876.

La Francmasonería en Republica Dominicana

¿QUÉ ES MASONERÍA?

La Francmasonería, institución esencialmente filantrópica, filosófica y progresista, tiene por objeto la búsqueda de la verdad, el estudio de la ética y la práctica de la solidaridad; y trabaja por el mejoramiento material y moral de la humanidad. Tiene como principio la tolerancia mutua, el respeto a los demás y de uno mismo, y la absoluta libertad de conciencia.

IMPORTANCIA DE LA MASONERÍA

Desde su óptica universal, la filosofía masónica reviste de una vital importancia por los motivos siguientes:

1. Porque potencia la sociabilidad humana.

2. Porque nos prepara para la vida social y cívica de hoy.

3. Porque aplica, de manera práctica, un método iniciático atemporal.

4. Porque incorpora el ritual y los símbolos como herramientas del Hombre actual.

5. Porque cultiva la tolerancia, la mediación y el encuentro, y facilita la convivencia plural.

6. Porque promueve el desarrollo personal y la felicidad de la Humanidad.

​ ¿CÓMO SER MASÓN?

Los masones tienen como exigencia para admitir nuevos integrantes que la persona interesada sea hombre de buenas costumbres, no tener antecedentes penales, poseer una profesión u oficio, ser recomendado por un juramentado y llenar un formulario con preguntas sobre esa práctica. Aun así las logias de manera discreta investigan al aspirante.

POSICIONES Y RITOS

Gran Maestro: presidente de la logia y presentante de todas las logias en el país.

Diputado Gran Maestro: vicepresidente del Consejo de la Gran Logia y preside la asamblea de todas las logias.

Gran Primer Vigilante: encargado de las funciones ejecutivas, como si fuera la de un ministro.

Gran Segundo Vigilante: tiene las funciones de viceministro.

Gran Secretario: es la persona que administra y asiste la presidencia.

Gran Orador: es fiscal e intérprete de las leyes masónicas.

Gran Hospitalario: ejerce funciones de un ministro de salud.

Gran Maestro de Ceremonias: dirige las relaciones públicas de la cofradía.

Gran Tesorero: encargado de las finanzas de la gran logia.

Ritos Masones

Escocés Antiguo y Aceptado: un ritual para avanzar hasta el grado 33, dramatizando con simbologías antiguas, representan las leyes del Universo.

York: se le dice acto americano que se compone de 13 grados, donde los primeros tres serían categorías azules de aprendiz, compañero y maestro. Los altos grados de este rito son el 11, el de Caballero Cruz Roja; el 12, Caballero de Malta; y el 13, Caballero del Temple.

Antiguo y Primitivo de Memphis: consiste en enseñar a los practicantes a prestar homenaje a la divinidad del Gran Arquitecto (Dios) para alcanzar el grado 99.

¿Fue Juan Pablo Duarte un Mason?

Juan Pablo Duarte puede ser analizada desde diversas perspectivas. Una de ellas es la masónica. Aunque se sabe a ciencia cierta que Juan Pablo Duarte era masón, y que pudo llevar mucho de esta filosofía a su labor independentista, los detalles de esta faceta son desconocidos.

En su libro “Biografía de Juan Pablo Duarte” (Letra Gráfica, 2008) Orlando Inoa dice: “En algún momento de 1833 Duarte ingresó a la masonería. Esta institución se había extendido por toda América desde la segunda mitad del siglo XVIII propagando ideas de libertad, justicia y asistencia social, llegando a Santo Domingo durante la era de Francia (1802-1809)”.

El prócer tendría poco más de 20 años en aquel entonces y, según apunta Sixto Danilo Brache, Muy respetable Gran Maestro de la Gran Logia de República Dominicana, “primero ingresó a la logia Perfecta Armonía, que quedaba en la Calle las Mercedes, entre Meriño y Las Damas”.

Sin embargo, otra referencia de Inoa sitúa a Duarte 10 años más tarde (1843) en la logia Constante Unión No.8, donde, según el cuadro de notarios de esa logia, que estaba bajo los auspicios del Gran Oriente de Haití, ostentaba el grado masónico de Arquitecto y el oficio de comerciante.

Masonería incidió en las ideas libertarias de Duarte

Duarte y otros libertadores de América como José Martí, Máximo Gómez, Simón Bolívar, Benito Juárez o George Washington eran masones gracias a la influencia europea, pues la masonería representaba en esa época la vanguardia de todo lo progresista y lo liberal.

En el patricio influyeron sus viajes de adolescente, que le llevaron por Nueva York, Londres, París y Barcelona. “En sus viajes Duarte pudo ver de cerca el funcionamiento de la masonería y eso fue determinante en su pensamiento libertario porque se acercó al fervor de la revolución y esa idea de libertad, igualdad y fraternidad, que es una divisa masónica adoptada por la Revolución Francesa, le influyó”,

La Trinitaria ¿Fue masónica?

“Hay dudas sobre si La Trinitaria fue un movimiento masónico tradicional adscrito a una logia específica o una sociedad secreta revolucionaria que usaba cifras masónicas sin estar adscrita a una logia específica”, dijo Arroyo Martínez a LISTÍN DIARIO.

La catedrática, que trabaja en su libro de modo indirecto con el tema de las logias dominicanas a partir de los años 1850 y 1860, ratifica la escasa información que hay, desde la perspectiva masónica, sobre Duarte y la Trinitaria: “Solo sé que La Trinitaria mezclaba cifras (señas masónicas) con imágenes cristianas (La Santísima Trinidad). Se dice que había curas católicos en este grupo de masones; pero no tengo más detalles”, dice.

Sin embargo, para Sixto Danilo Brache, no hay dudas sobre el carácter masónico de La Trinitaria: “Fue una sociedad masónica, pues los toques, las palabras, los signos están presentes. Incluso el uso de la Biblia, que para algunos es signo de alto catolicismo, es signo de libertad”.

Brache añade que el escudo nacional de 1844 tuvo en su diseño elementos relacionados a la masonería, como el gorro frigio.

La Trinitaria, compuesta por nueve miembros y fundada el 16 de julio de 1838, tuvo entre sus fundadores a varios masones, además su nombre en clave era un triángulo formado por nueve asteriscos distribuídos en tres tríades, iguales a las que suelen utilizarse en la masonería.

La libertad

La búsqueda de la libertad de su patria tiene en Juan Pablo Duarte una fuerte relación con los preceptos masónicos. Así opina Carlos Canela, Venerable Maestro de la Logia Caballeros de Memphis No. 50.

“En logia se enseña mucho el concepto de ser libres. Libres de pensamiento y de criterio, se enseña a investigar para poder decidir por uno mismo y no por lo que dicen los demás. Esto se desarrolla a todo lo largo de la carrera masónica, para que luego se sea capaz de distinguir la importancia de las libertades físicas”, dice.

Brache añade que si bien la masonería no es dogmática (caben todas las creencias) no se permite el ingreso de nadie que no crea en Dios, sea cual sea la forma en que la persona lo conciba. Se debe creer en un ser superior al que los masones llaman Gran Arquitecto del Universo.

Esto facilitó la unión de aspectos de la masonería con las creencias católicas en La Trinitaria.

Tanto en esa organización, como en otras (La Filantrópica, La Dramática) Brache considera que se vivieron aspectos típicos de la vida del masón: valor moral, intensa actividad intelectual, trabajo, estudio y enseñanza a otros. “Con su ejemplo Duarte nos enseñó que la patria es ara, no pedestal. La Patria es para sacrificarnos por ella, no para beneficiarnos de ella.

Duarte incluso vendió los bienes propios y familiares en favor de la causa”, concluye.

EJEMPLO INVALUABLE:

Cuando se visita el edificio de la Gran Logia de la República Dominicana es innegable la importancia de Juan Pablo Duarte para los masones de ese templo. Estatuas y cuadros rememoran la vida y obra del que es considerado el masón más venerable.

“Considero que Duarte es el ejemplo que debemos seguir porque demuestra en su acrisolada vida la verticalidad y el ejemplo de lo que debe ser un masón: el desprendimiento, la cooperación, el trabajo, la enseñanza... por eso tratamos de emularlo y es nuestro líder y guía”, dice Sixto Danilo Brache, Muy respetable Gran Maestro de la Gran Logia.

Carlos Mora, Gran Secretario de la Gran Logia añade que para los masones dominicanos la figura de Duarte es de incalculable valor. Señala que en el Manual de Masonería Pública, escrito por el también masón Enrique Patín Veloz, en el apartado que se refiere al aspecto patriótico de la masonería, el autor menciona que para la masonería cada nación o cada patria es un templo levantado.

“El templo de nuestra República Dominicana fue planificado por el hermano Juan Pablo Duarte, y para realizar la construcción del mismo, le sirvió de maestro de obra el prócer Francisco del Rosario Sánchez, y de primer oficial el prócer Ramón Matías Mella, además de otros hermanos masones que trabajaron para forjar nuestra nacionalidad”,.

Las logias masónicas de la República Dominicana cada año celebran el nacimiento de Duarte en Tenidas y reuniones, pues guardan un gran respeto y veneración a esta fecha, más allá de honores políticos.

Símbolos Patrios

Duarte y los símbolos masónicos. A su regreso de Europa, la mayor parte de la gente que rodeaba a Juan Pablo Duarte era bastante joven. Muchos de ellos ya eran parte de logias masónicas que funcionaban clandestinamente en la isla. Es así como inicia la Sociedad Secreta La Trinitaria, de la cual, afirma la historia de la masonería dominicana, era más que una organización, una logia. Tres de sus amigos buscaban tres más y así continuaba la cadena. De esa manera se unieron y juraron trabajar por y para el establecimiento de una patria.

Tanto la idea de conformarse secretamente y hacerlo de tres en tres constituía una simbología. Sin dejar de tomar en cuenta que uno de los requisitos primordiales requeridos para unirse a esta misión, era ser parte activa de la vida masónica.

Por otro lado, también el juramento trinitario fue un acto que por sus características se define como masónico. La pronunciación de palabras como: Dios, Patria y Libertad era un ritual celebrado de acuerdo con las reglas de la Orden.

La cual tendrá su pabellón tricolor en cuartos encarnados y azules, atravesados con una cruz blanca”, así ideó Duarte la bandera nacional, identificándose con el espíritu de los demás movimientos independentistas de Latinoamérica que también estaban organizados por hermanos masones. Los colores azul, rojo y blanco representan los tres grados principales de la masonería, según explica el Gran Maestro Rondón Sánchez.

La procedencia de las ideas duartianas no aparece sólo por un deseo de libertad sino que en este personaje se unen dos fuerzas: la fe católica y su íntima relación con la masonería.

¿Quién fue Ramón Matías Mella?

Matías Ramón Mella, nació en la isla de Santo Domingo, 1816 - 1864 Líder de la independencia dominicana. En 1838, dieciséis años después de que toda la isla de La Española fuera unificada bajo el dominio de Haití, Mella participó junto con otros patriotas dominicanos (entre los que cabe destacar a Juan Pablo Duarte y a Francisco del Rosario Sánchez) en la fundación de La Trinitaria, sociedad secreta de ideario liberal y separatista cuyo objetivo era la independencia de la mitad oriental de la isla, la actual República Dominicana.

Junto con Francisco del Rosario Sánchez, Mella lideró en 1844 la proclamación de la independencia y formó parte del gobierno provisional, pero, tras la victoria en Azua, el conservador Pedro Santana se hizo con la presidencia y decretó el exilio de los trinitarios. Con la amnistía de 1848 regresó al país y desempeñó importantes cargos militares y civiles en la nueva República. Totalmente contrario a la anexión a España, consumada en 1861 por iniciativa del presidente Santana, llegó a participar en la Guerra de Restauración (1863-1865), pero falleció antes de ver restaurada la República.

Biografía

La antigua isla de La Española (actualmente isla de Santo Domingo) había quedado sometida al dominio español desde los tiempos del descubrimiento de América: el mismo Cristóbal Colón arribó a la isla en su primer viaje. En 1697, con la firma de la Paz de Ryswick, la mitad occidental de la isla (el actual Haití) pasó a la corona francesa. Cuando, a principios del siglo XIX, se inició el proceso que conduciría a la emancipación de la América hispana, los más de doscientos años de colonialismo español y francés (y otras circunstancias históricas) habían imprimido una personalidad diferenciada a las dos partes de la isla.

La independencia de La Española fue un proceso largo y convulso, con avances y retrocesos; se sucedieron las revueltas populares, los levantamientos armados y las intervenciones de las antiguas metrópolis y de las potencias enemigas de las primeras. En 1822 la situación parecía estabilizada: la independencia se había consolidado y la totalidad de la isla era gobernada con mano dura por el dictador haitiano Jean-Pierre Boyer, para quien el país era uno e indivisible.

Para Juan Pablo Duarte y los demás miembros de La Trinitaria, imbuidos del ideario nacionalista y liberal que se había extendido por Europa desde la revolución francesa, la antigua parte española de la isla poseía una identidad propia y debía convertirse en un estado independiente. Desde 1838 se dedicaron a la difusión de estas ideas, que hallaron más eco entre la población que entre las élites. Dentro de La Trinitaria, el joven Ramón Mella, que contaba entonces 22 años y regentaba un negocio maderero, se ganó pronto el aprecio de Duarte, que lo consideraba uno de sus hombres más capaces.

Entretanto, la aceptación de Boyer había empezado a menguar a causa de la desmesurada elevación de los impuestos, cuyos beneficios no revertían en la población sino en Francia, a la que Boyer había prometido una compensación a cambio de reconocer la independencia. De este modo surgieron, en el mismo Haití, grupos de oposición al régimen de Boyer.

La independencia

En enero de 1843, Juan Pablo Duarte encargó a Ramón Mella la misión de trasladarse a Los Cayos (Haití) para pactar con los opositores haitianos el apoyo de los patriotas dominicanos al movimiento de La Reforma, que encabezaba el líder opositor haitiano Charles Rivière-Hérard. En marzo del mismo año, Mella participó en una reunión en Santo Domingo que culminó con la proclamación del apoyo a dicho movimiento; juntos consiguieron derrocar a Boyer ese mismo mes. Aunque Hérard se había valido de la ayuda de los independentistas dominicanos, nunca compartió sus ideas, e inmediatamente mandó encarcelar a Mella en Puerto Príncipe (Haití).

Sin embargo, en esta misma ciudad estalló una rebelión contra Hérard, que pudo dominar la sublevación con la ayuda de Mella y sus veteranos encarcelados, por lo que en agradecimiento los liberó. Mella y sus seguidores marcharon hasta Santo Domingo y se hicieron con la parte oriental de la isla, de cultura y lengua española; y, en febrero de 1844, declararon formalmente la independencia respecto a Haití y proclamaron la República Dominicana.

Se cuenta que aquella noche del 27 de febrero de 1844, cuando se encontraba reunido con otros conjurados en la puerta de La Misericordia, Matías Ramón Mella atinó a disparar un trabucazo ante la vacilación que amenazaba dar al traste con los propósitos independentistas. «No hay tiempo de retroceder -parece ser que dijo-. Habremos de ser libres o morir, es la consigna. ¡Viva la República Dominicana!» Y enseguida disparó su trabuco. Posteriormente, los patriotas marcharon hacia el baluarte de San Genaro (hoy puerta del Conde), en donde otro patricio, Francisco del Rosario Sánchez, proclamó el nacimiento de la República Dominicana.

Ramón Mella formó parte de la Junta Central Gubernativa, gobierno provisional presidido por Francisco del Rosario Sánchez. Nombrado coronel del nuevo ejército nacional, su principal labor fue el reclutamiento de hombres y la organización y distribución de los efectivos disponibles para repeler la inminente invasión haitiana. Pero no fue Mella quien libró la batalla decisiva: el 19 de marzo Pedro Santana, un terrateniente conservador unido a la causa independentista, derrotó a los haitianos en Azua. El prestigio obtenido con esta victoria le permitió, con el apoyo del sector conservador de la Junta, asumir la presidencia de la República (1844-1848) y apartar a los liberales: declaró traidores a Mella, Duarte y Sánchez y los condenó al exilio.

La Primera República

La amnistía decretada en 1848 por el presidente Manuel Jimenes (1848-1849) le permitió regresar al país. A lo largo de la Primera República Dominicana (1844-1861), Matías Ramón Mella sirvió en el ejército y a los presidentes que se alternaron en el poder durante esos años: Buenaventura Báez y especialmente Pedro Santana, con quien se había reconciliado. Le fue confiada la secretaría de Hacienda y Comercio y el ministerio de Guerra, y ejerció como gobernador y embajador.

La sintonía con Santana finalizó abruptamente cuando, al final de su tercer y último mandato (1858-1861), decidió anexionar la República a España; pretendía con ello acabar con la amenaza que los continuos intentos de invasión de los haitianos representaban para la soberanía del país, y también perpetuarse en el poder, pues recibió de la corona española la gobernación de la Provincia de Santo Domingo. La decisión de Santana desataría la Guerra de Restauración (1863-1865): los independentistas o restauradores (pues se proponían restaurar la Primera República) se alzaron en armas contra la sumisión a España.

Al producirse el Grito de Capotillo (16 de agosto de 1863), acción que dio inicio a la guerra, Matías Ramón Mella se incorporó de inmediato al movimiento restaurador; se ocupó de nuevo de la organización de los efectivos militares y ocupó la vicepresidencia de la República en el gobierno de la Restauración. Ya muy enfermo, se mantuvo en este cargo hasta su deceso en 1864, sin llegar a ver la definitiva restauración de la República.

¿Quién fue Francisco del Rosario Sánchez?

Francisco del Rosario Sánchez

Nació en la isla de Santo Domingo, 1817 - San Juan de la Maguana, 1861, Político y líder independista dominicano, considerado uno de los Padres de la Patria. Miembro de La Trinitaria, sociedad secreta separatista, en 1844 lideró un alzamiento contra Haití y el 27 de febrero de ese año proclamó la independencia de la República Dominicana. Al igual que otros trinitarios, Francisco del Rosario Sánchez fue apartado del poder y desterrado una vez alcanzada la independencia. Con la amnistía de 1848 pudo regresar al país, y a lo largo de la siguiente década desempeñó diversos cargos públicos. En 1861 entregó su vida en la lucha para evitar la anexión de la República a España.

Hijo de Narciso Sánchez y Olaya del Rosario, recibió de su madre la enseñanza elemental y aprendió el oficio de "peinetero". Luego estudió latín y filosofía con don Nicolás Lugo, estudios que continuaría con el padre Gaspar Hernández, sacerdote peruano emigrado a Santo Domingo y reconocido antihaitiano. En este período conoció a Juan Pablo Duarte, quien, junto a otros jóvenes, asistía a las clases del sacerdote. En 1838 se integró en La Trinitaria y pronto empezó a distinguirse por su laboriosidad y decisión.


Diversos antecedentes históricos hicieron de la independencia de la República Dominicana un proceso sumamente complejo. La isla de Santo Domingo (llamada antiguamente la Española) estuvo bajo dominio español desde los tiempos del descubrimiento de América; el mismo Cristóbal Colón desembarcó en ella en su primer viaje. A finales del siglo XVII, sin embargo, la corona española cedió a Francia la mitad occidental de la isla, es decir, el actual Haití. Dos siglos después, en virtud del Tratado de Basilea (1795), toda la isla pasó a manos de los franceses, aunque por poco tiempo. A principios del siglo XIX, dos décadas de luchas y convulsiones conducirían a la consolidación de la independencia y a la unificación de la isla: desde 1822, el presidente Jean-Pierre Boyer gobernaba toda la isla de Santo Domingo, que pasó a llamarse Haití.

El objetivo de la sociedad secreta La Trinitaria, fundada en 1838, era la independencia de la antigua parte española; a diferencia, pues, de otras colonias, no había que enfrentarse a una metrópoli europea para conseguirla, sino a la dominación de una ex colonia que había alcanzado su independencia: Haití. Bajo la inspiración de su líder intelectual, Juan Pablo Duarte, los miembros de La Trinitaria difundieron sus ideas, que calaron lentamente en la sociedad dominicana.

Entretanto, los elevados impuestos dictados por el gobierno habían mermado drásticamente la popularidad del presidente Boyer, que fue derrocado en 1843 por Charles Rivière-Hérard. Los trinitarios vieron en esa transición una oportunidad, pero sus tentativas fueron de inmediato reprimidas por Hérard. El celo y determinación que Francisco del Rosario Sánchez había mostrado en sus labores en La Trinitaria le permitieron dirigir el movimiento cuando Duarte hubo de exiliarse debido a las persecuciones desatadas contra él por los haitianos.

Las razones principales por las que se reconoce a Francisco del Rosario Sánchez como Padre de la Patria radican, principalmente, en sus méritos como trinitario y en haber leído la proclama que declaraba el nacimiento de la República Dominicana. El 27 de febrero de 1844, Sánchez fue el encargado de leer la declaración en el baluarte de San Genaro (hoy puerta del Conde). Presidió luego el gobierno provisional (la Junta Central Gubernativa), hasta ser desplazado por Tomás Bobadilla.

Con la llegada a la presidencia de la flamante República del terrateniente conservador Pedro Santana (1844-1848), cuyas tropas habían logrado en marzo rechazar un ataque haitiano, los trinitarios quedaron apartados del poder, y Francisco del Rosario Sánchez, al igual que Juan Pablo Duarte y Ramón Matías Mella, hubo de partir al exilio. Con todo, la independencia quedó consolidada, y bajo la presidencia de Manuel Jimenes (1848-1849) se decretó una amplia amnistía que permitió a Sánchez regresar al país y desempeñar importantes cargos públicos.

La anexión a España

Durante la corta vida de esta Primera República Dominicana (1844-1861), Pedro Santana accedería a la presidencia en otras dos ocasiones. Al final de su último mandato (1858-1861), Santana resolvió anexionar la República a España. Era un modo de detener la permanente amenaza de Haití, que había intentado repetidamente invadir el país, pero también de mantenerse en el poder, pues aceptó a cambio el cargo de gobernador de la Provincia española de Santo Domingo. Esta decisión desataría la Guerra de Restauración (1863-1865), que enfrentó a los defensores de la anexión con los independentistas o restauradores (pues su objetivo era restaurar la Primera República).

Además de Padre de la Patria por su papel en la proclamación de la independencia en 1844, Francisco del Rosario Sánchez fue un precursor del movimiento restaurador. En 1859, sus divergencias con Santana le habían costado la prisión y un nuevo exilio, desde el que Sánchez comenzó a preparar la lucha contra la más que previsible anexión a España, que fue solemnemente proclamada en la capital dominicana el 18 de marzo de 1861. Con las manifestaciones de apoyo impulsadas por el gobierno de Santana se intentó ocultar un descontento que se hizo visible poco después, cuando, el 2 de mayo, estalló en Moca un levantamiento en armas encabezado por José Contreras.

Firmemente determinado a restaurar la República, el 1 de junio de 1861, tres meses y medio después de consumada la anexión a España, Francisco del Rosario Sánchez entró a territorio dominicano en compañía de José María Cabral y otros. Su intentona duró poco más de un mes: víctima de una traición, fue capturado en una emboscada y fusilado en San Juan de la Maguana el 4 de julio siguiente, junto a una veintena de compañeros de armas.

Fallecía así a manos de sus conciudadanos un luchador insobornable, cuyos elevados ideales patrióticos perduran en su producción escrita. El 20 de enero de 1861, cuando era evidente que Pedro Santana y los suyos entregarían la soberanía del país, Sánchez lanzó una proclama en la que afirmaba: "Pero si la maledicencia buscare pretextos para mancillar mi conducta, responderéis a cualquier cargo diciendo en alta voz, aunque sin jactancia, que yo soy la bandera dominicana". Antes, el 16 del mismo mes, había justificado lapidariamente su lucha en una carta a Damián Báez: "Mi patria está vendida. Esto basta".



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